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quarta-feira, 25 de fevereiro de 2015

Revista CLAR No 4 - 2014

Hace poco más de un año, en la ciudad de Panamá, realizamos el primer seminario del trienio con el Tema de la Trata de Personas, para darnos tiempo y espacio a escuchar los clamores de esta realidad muchas veces silenciosa y silenciada; para escuchar a Dios “donde la vida clama”. “La Trata de Personas es una herida abierta en el cuerpo de la sociedad contemporánea, una llaga en el cuerpo de Cristo. Es un crimen contra la humanidad” (Papa Francisco). Los artículos que contiene nuestra revista quieren motivarnos a seguir buscando caminos y estrategias de cercanía y acompañamiento a nuestras hermanas y hermanos que viven esta “esclavitud del siglo XXI”. 
La invitación es a poner atención, a despertar y ver con los ojos de Jesús esta realidad, que por permanecer tan oculta, parece inexistente. El fruto del seminario de Trata fue el de articular una red para fortalecer todas las iniciativas, los esfuerzos y las presencias que ya están dinamizando esta difícil pastoral, y para compartir y profundizar nuestra reflexión en este sentido. Sabemos que lo importante es vincularnos y articularnos porque juntas y juntos somos más y podemos generar un cambio. Dijo el Papa Francisco en la Segunda Conferencia Internacional sobre La Lucha contra la Trata de Personas1 lo siguiente: “El mismo hecho de que estemos aquí, para aunar nuestros esfuerzos, significa que queremos que nuestras estrategias y nuestras áreas de experiencia estén acompañadas y reforzadas por la misericordia del Evangelio y por la cercanía a los hombres y a las mujeres que son víctimas de este crimen”. 
Nuestro Icono de Betania nos lanza a “sacar la piedra, desatar las vendas”. Queremos sacar la piedra y desatar las vendas de aquellas personas que viven en el sepulcro de la opresión y la esclavitud. 
En la medida en que nos sensibilicemos y responsabilicemos en hacer algo por quienes se encuentran en esta situación, en esa medida contribuiremos a que otras personas se sensibilicen hacia tantas víctimas en situaciones que deshumanizan y claman de nuestra parte una “atención concreta” hacia ellas. 
Cuántas mujeres, niñas y niños, que viven bajo esta esclavitud y opresión anhelan reanudar el camino para recuperar la libertad y la alegría. Trabajemos con esperanza confiando en que aquello que hagamos en su favor ayudará a que las recuperen. 
Se requiere de acciones urgentes, pero también y sobre todo, de una consistente espiritualidad de la Encarnación, de la misericordia evangélica, que nos haga salir, como Vida Consagrada, hacia esas marginalidades existenciales, al estilo de Dios: con un amor movido a compasión y misericordia salvadora, que se acerca y se identifica con quien sufre. “Nosotros, como Iglesia, recordemos que curando las heridas…  de las víctimas de la Trata, ponemos en práctica el mandamiento del amor que Jesús nos ha dejado, cuando se identificó con el extranjero, con quien sufre, con todas las víctimas inocentes de la violencia y la explotación”2. 
“No olvidéis la carne de Cristo”3, la carne de Cristo que está en la carne de la víctima de la Trata y, para tocarla, necesitamos tener también las manos de Cristo. 
La Vida Consagrada latinoamericana y caribeña ha ido haciendo camino, desde hace muchos años, en esta marginalidad. Su presencia en este campo es tan silenciosa como lo es el mismo hecho de la Trata, pero muy fecunda en vida y libertad. Algunos Institutos tiene por carisma específico el trabajar sanando las heridas que provoca esta esclavitud; muchos otros Institutos se han sumado a esta misión, pero todos tenemos la misma responsabilidad ante esta situación que nos golpea tan fuertemente: la de velar por la dignidad humana, luchar contra toda esclavitud, y, directa o indirectamente, contribuir a que desaparezca esta grave esclavitud del siglo XXI. ¡No permitamos que nada ni nadie robe a nuestras mujeres, niñas y niños, la libertad y la dignidad! 
Celebrar el Misterio de la Navidad es confesar que el Amor tiene la última palabra, y que lo único que nos salva y nos libera es la compasión  amorosa de Dios, manifestada en el Niño de Belén. ¡Qué la celebración de esta Navidad nos enseñe a vivir una Vida Consagrada cada vez más iluminada por el Misterio de la Encarnación y del Amor Salvador de Dios! ¡Qué la contemplación de este amor inaudito de Dios nos enseñe a ofrecer acogida, calor humano y esperanza a las víctimas de este crimen! 
Hay muchas personas, asociaciones civiles y gubernamentales, comprometidas desde sus ámbitos, en esta lucha. Como Vida Consagrada nuestro compromiso humilde y decidido en esta lucha, quiere unirse al “… gesto de la Iglesia” y al “…gesto de las personas de buena voluntad que quieren gritar ¡basta!”4, ¡basta a la Trata de Personas! Que el Señor, por intercesión de María Madre de Misericordia y compasión, nos conceda avanzar en estos esfuerzos comunes.
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1 Vaticano, 10 Abr. 14
2 Papa Francisco
3 Papa Francisco
4 Papa Francisco 

Mercedes L. Casas Sánchez, fsps 
Presidenta de la CLAR 

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